Hace unos días, leyendo Facebook, me salió una noticia
bastante llamativa a la vez que ridícula. Se titulaba, ‘Médico fallece a causa
de una intoxicación por un pedo de una mujer dando a luz’ Me llamó la atención
así que pinché en el enlace. Vaya
engañabobos, yo entre ellos…, la noticia narraba de una forma tan absurda y sin
credibilidad alguna el suceso, que era increíble la cantidad de reacciones y de
personas que lo compartían, pero sería por puro entretenimiento, ¿verdad? Días más tarde, estaba en la parada del
autobús, al lado mía había dos señoras conversando, cuando de repente oigo como
le pregunta una señora a la otra si se
había enterado de lo que había pasado en el hospital de Madrid, refiriéndose a la noticia sobre el médico intoxicado, a lo
que le responde su compañera afirmando, ambas estuvieron lamentando al pobre
médico fallecido.
¿Cómo alguien podría creerse semejante barbaridad?
Pero esto nos pasa a todos, ya sea por las historias para no
dormir de los difundidos de WhatsApp que
si rompes la cadena se te aparecerá a las tres de la madrugada el fantasma de
quién sabe qué, por las noticias, por las redes sociales, en la publicidad que a
causa de esta sociedad consumista en la que vivimos, nos ofrecen y convencen
objetos como necesarios sin serlos con lo que solo consiguen enriquecerse y distanciar
más las clases sociales … en las que de una manera o de otra picamos como
moscas.
Nos bombardean constantemente con mensajes políticos
dependiendo de las conveniencias de los gobiernos u oposiciones. Manipulándonos
como marionetas continuamente, metiéndonos información de tal manera que no nos dejan
pensar racionalmente. Ya no tenemos ideas o pensamientos propios, tenemos
diferentes fuentes en las que coger la información. Y lo más peligroso, es que
pensamos como quieren que pensemos.
Todo esto acaba pareciéndose al juego del teléfono, ese que
jugábamos cuando éramos pequeños que consistía en ponernos en un círculo, uno
debía de decir una palabra o una frase al oído de su compañero, y esté al
compañero de su otro lado, así sucesivamente hasta llegar hasta el último, y
siempre llegaba otra palabra o frase distinta a la que se había dicho en el
primer momento. Con las noticias pasa igual, van contándose de boca en boca,
cada uno contándolo a su interés hasta que se transforma en algo diferente pero
sobre todo, ya estás condicionado a pensar de una forma irracional.
En el mito de la caverna, Platón transmite la necesidad de
desarrollar nuestro intelecto, esto está claramente marcado por su idealismo,
ya que acceder al verdadero conocimiento es una manera de alcanzar la auténtica
verdad, en la realidad cotidiana, los sentidos pueden confundirnos y
engañarnos, en consecuencia, llegar a un conocimiento irreal.
Platón nos invita a
que no nos dejemos llevar por las apariencias, a los bulos, ni a asumir algo
que se presente como real.
Bastante bien. Buena estructura, apetece leerlo,argumentación bien desarrollada...sin embargo creo que es mejorable la referencia a la filosofía de Platón. Creo que el filósofo diría mucho más al respecto. No te guíes por lo que lees en los manuales sobre Platón (idealismo, verdadero conocimiento...) sino por el sentido que de su filosofía hemos tratado de descubrir en las clases
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